lunes, 13 de octubre de 2014

Nuestra propuesta...

“Kom zugu ta kimgekey tvfaci mapu mew”

(Todo se sabe en esta tierra)


Cuando un extranjero nos pregunta, ¿Quiénes son los mapuches? Pocos de nosotros tenemos realmente una idea verídica para dar esta respuesta. Poco o nada sabemos de sus costumbres, de la profundidad de sus vínculos, de la experiencia maravillosa de asistir a un “machitún”, de lo milagrosa que resulta su medicina. Contados con las manos son los hombres que no piensan de estos unos “indios ignorantes”. Cuántos quieren ser distintos a sus propias raíces, y no se interesan por quienes primero encontraron nuestra tierra hoy poblada de industrias, de sociedad, de gente, gente, gente.

Mujer Mapuche, Fuente: www.icarito.cl
Pero una vez, hace menos tiempo que el necesario, cuando la tierra aún era santa, cuando se oía la pachamama en vez del sonido de los autos, cuando había aún un lago y los árboles no estaban tapados de smog, hubo un grupo de gente bronceada, de personas bajitas medio desnudas, que tomaron el agua, miraron el cielo, y llamaron el bosque su hermano. Antes de que el asesino de flores quitara todo rasgo de lo que llaman “verde”, existieron hermosas comunidades que convivieron en familia, que vivieron junto a los ríos y algunos en el desierto, que cantaron a los dioses y temieron a la lluvia, y que hoy nos temen a nosotros los mestizos por discriminarlos. ¿No nos damos cuenta que al discriminarlos, nos discriminamos a nosotros mismos?

La raíz de todo está en nuestro malvado prejuicio, en la ignorancia de no conocernos, de considerarnos superiores a quienes realmente gobiernan nuestras tierras, a quienes fueron los realmente productivos arando el campo, recolectando nueces, y que hoy deben luchar contra los que debiéramos ser sus hermanos por una vida digna y justa.

Si las futuras generaciones integraran el concepto de igualdad, de valorizar la cultura que nació de este país, no existiría discriminación. Si se empezara entender que los indígenas deben no sólo ser respetados si no admirados, si se instaurara una cultura que se interesa por las costumbres y el legado de los primeros pobladores de lo que hoy llamamos “Chile”, podrían ahorrarse muchos de estos problemas. Ésta forma de pensar debiera ser instalada en los colegios, deberían existir espacios culturales y lúdicos para aprender de estos pueblos desde pequeños. Las instituciones tanto educativas como laborales deberían ser integrativas, en todos los cursos debieran existir indígenas, y su lengua debiera ser enseñada.

Pueblo Originario, Chile
¡¡Y LO MÁS IMPORTANTE!! debe nacer un espíritu nacionalista, entendamos que lo nuestro es importante, ya basta de que Chile y los chilenos imiten constantemente las costumbres extranjeras. Creemos una identidad propia, en base a la confianza y respeto por lo que es verdaderamente nuestro.

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